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miércoles, 28 de noviembre de 2012

CENAS DE EMPRESA Y LOTERÍA

La botella de cava puede estar medio llena o medio vacía, depende de cada uno

La austeridad económica y el recorte de gastos se cargó las cenas con el jefe de un plumazo, pero al igual que ocurre al ir a cenar con amigos o con la pareja, la gente sale, no renuncia a pasárselo bien. Desde luego el panorama ha cambiado y ya no es lo que era, ahora no paga el jefe, van todos a escote, y gracias a eso sólo tienes que soportar a quien tu quieras, se acabó la tortura de reír las gracias al que manda.

Recuerdo como en época de vacas gordas restaurantes y tabernuchas afilaban sus cuchillos para clavarlos en la espalda de los clientes con especial sadismo durante el mes de diciembre. Dos mandonguillas con pisto, un plato de ensaladilla “de autor”, virutas de perill ibèric, y una “carne” trinchadita al centro con patatitas paja, sin olvidar los mal llamados postres “caseros”, con la bebida y copas a parte. Un menú así, de esas características no bajaba de 50 euros. Hoy podemos disfrutar de auténticas maravillas francamente asequibles, es más, hay tortas por llevarse los clientes y la picaresca actúa. Tampoco es eso, porque hay clientes que son auténticos extorsionadores, con cuatro llamadas telefónicas pueden ajustar precios a la baja y sacar petróleo poniendo a la greña a dos restaurantes que sean competencia.
A pesar de todo hay que seguir brindando como hacía Napoleón, ganara o perdiera


En el fondo no es la crisis, es la ley de la oferta y la demanda la que nos ha devuelto a la realidad. Con la lotería pasa tres cuartos de lo mismo, la mejor defensa es un buen ataque. 

Si te intentan vender participaciones para el sorteo de navidad, no huyas, no pongas mala cara, espera al sujeto a “porta gayola” deja que saque el talonario, que se recree, que arranque la papeleta de la matriz, que llegue incluso a decir... - “Cuantas quieres, son sólo a tres euritos, juegas 2,40 y 60 céntimos de recargo para la falla” Ahí, sangre fría, guarda unos segundos de silencio, mírale fijamente a los ojos y con una sonrisa en los labios saca el talonario de lotería del club de baloncesto de tu hijo. - “¡Vale! Te la cambio”. Fíjate en su cara.

En twitter: @pacolonso 

domingo, 18 de noviembre de 2012

LA PAELLA VALENCIANA, del ADN al I+D+i


Tras un año de gestación verá la luz el próximo sábado - “La Paella Valenciana, del ADN al I+D+i”, el libro se regalará el 24/11/12 con el diario El Mundo.


Con esta obra quiero rendir tributo a los muchos esfuerzos que se han hecho por explicar lo inexplicable sobre la Paella Valenciana. Se trata de una obra basada en la observación, el costumbrismo y sobre todo en la experiencia personal. Lejos de cualquier pretensión busca mostrar el complejo universo que representa la paella para los valencianos, y la mejor manera de hacerlo es con buenas dosis de humor. Llegé a esa conclusión después del éxito cosechado por el Blog “Paco a la Naranja” en elmundo.es. Cada vez que tocábamos el tema paella valenciana con espíritu desenfadado reventaban la redes sociales – Twitter y Facebook – hasta el punto que un post llegó a convertirse en viral, concretamente el publicado el 31 de marzo de este año a las 09:54 “Manual para comer de la paella”. Dicho artículo tras múltiples cut & paste dio la vuelta al mundo para volver meses después a mi poder recomendado por un amigo desde Miami. “Mira Paquito a ti que te gusta tanto hablar de la paella, esto te encantará” - Y tanto, lo había escrito yo!

Para la elección de la portada he contado con la inestimable colaboración de los miembros de P.I.G (Plataforma de Información Gastronómica) que democráticamente aportaron su criterio estilístico y gastronómico. (Sin ellos no soy nada)




El libro es extenso pero han quedado fuera temas apasionantes. En el hablamos del concepto, de sus ingredientes, de la paella como potente arma de promoción turística, de investigación puntera, de los restaurantes que miman el arroz, y de los mejores vinos y cavas de nuestra tierra. Es cierto que podríamos enzarzarnos en un discusión bizantina con la paella sin llegar a ninguna conclusión, porque los valencianos ya tienen un criterio inamovible. El que cree que no lleva pimiento, o no hay que sofreír el arroz, no lo vas a apear de la burra jamás.

Conocer la paella sirve para entender a los valencianos, un pueblo divertido, creativo y emprendedor, del que se han dicho muchas barbaridades en los últimos años, únicamente imputables a un sector muy concreto de la población, curiosamente vinculado con el poder y la política. Créanme, los valencianos somos diversos como los ingredientes de la paella, tenemos desde marisco hasta cerdo, y haciendo cada uno lo que mejor sabe hacer y en armonía podemos llegar tan lejos como ha llegado la paella valenciana.